PATEANDO LA CASTELLANA

Ya sabéis lo que me gustan las grandes ciudades por lo que suelo aprovechar cualquier oportunidad para visitar alguna de ellas. En esta ocasión fue Madrid. Íbamos a pasar dos días en la capital y nuestro objetivo en esta ocasión era ver el Museo del Prado, en el que ya hacía muchos años que no habíamos entrado.

Estábamos alojados al final de la Castellana, exactamente en el Hotel Eurostars Madrid Tower, que está en una de las 4 Torres que desde hace unos años dibujan el skyline de Madrid.

A pesar de ser un 5 estrellas a veces tiene buenas ofertas, ya que al estar en un entorno de oficinas es entre semana cuando tiene más demanda y por eso  los fines de semana puedes pillar una buena oferta.

Y ¡qué caray, tampoco está mal darse un caprichito de vez en cuando! Como desayunar en el restaurante del piso 30, observando cómo se va despertando la ciudad.

Desayunando con Madrid a nuestros pies

Como teníamos todo el día por delante decidimos ir paseando por el Paseo de la Castellana hacia nuestro objetivo final, el Museo del Prado, con la idea de coger el metro en el momento en el que nos cansáramos, pero entre el buen tiempo que hacía y que íbamos cuesta abajo, a lo tonto, a lo tonto, conseguimos llegar hasta el Museo del Prado, e incluso subir por la Carrera de Los Jerónimos, saludar a los leones del Congreso y llegar a Sol para ver la cola que hacía la gente para fotografiarse en el km. 0 de las carreteras españolas. ¡Cada uno utiliza su tiempo como quiere!

Siempre que vamos a Madrid procuramos saludar a los leones del Congreso

Así que empezamos nuestro recorrido por la Castellana paseando sin prisas, levantando la vista y descubriendo con otra mirada edificios y algunas curiosidades en las que no nos habíamos fijado en otras ocasiones .

Torre  Cristal y Torre Espacio

Empezamos, ¡como no!, dando una vuelta por el entorno de las 4 Torres. Me gusta mucho la arquitectura moderna y flipo con estos 4 rascacielos tan singulares. Intento elegir cuál me gusta más pero voy cambiando de opinión. A veces me gusta mucho la Torre Espacio, con su estructura tan complicada, cuadrada en la base y curva a medida que va subiendo.

En otro momento veo la Torre de Cristal y me alucina este edificio, el  más alto de España, con forma de diamante, con su pared bioclimática y su jardín vertical en la planta 50,  y que construyó el mismo arquitecto, el argentino Pelli, que hizo las Torres Petronas.

Pero me giro hacia la Torre Cepsa, tan recta, tan sobria, y pienso ¡cómo no me va a gustar este edificio que diseñó Norman Foster, uno de mis arquitectos favoritos!. Que por si no lo sabéis también construyó la cúpula del Reichstag en Berlín, uno de los paisajes que se han quedado en mi retina.

Torre Cepsa y Hotel Eurostar Madrid Tower

Así que no me decido y admiro una y otra vez la dificultad de la construcción de estos rascacielos tan singulares, y me entran más ganas aún de visitar Nueva York, mi destino soñado.

El entorno de estas 4 torres también es muy agradable, tan diferente de verlo un domingo, tranquilo y vacío, a verlo un día de trabajo con gente entrando y saliendo  de los edificios y cientos de motos, patinetes y bicicletas aparcadas en sus aceras.

El entorno de las cuatro Torres es muy moderno y agradable
De noche, las Torres y todo su entorno se iluminan

Pues empezamos a bajar por la Castellana y llegamos a Plaza Castilla con sus torres gemelas que forman la Puerta de Europa, conocidas también como las Torres Kio. Nos paramos a admirar lo complicada que debió ser la ingeniería para construir estas torres tan inclinadas.

Estéticamente me gusta mucho la perspectiva que dan a la Castellana, como una puerta por donde entrar a Madrid, aunque para mi gusto a esta plaza le sobra el Obelisco de Calatrava que han añadido en el centro y que impide hacer unas fotos de las Torres de una manera limpia.

La Puerta de Europa en Plaza Castilla.
Torre Picasso

Pasamos los juzgados de Plaza Castilla que tantas veces hemos visto últimamente en la tele, y seguimos bajando. Enfrente de nosotros vemos el Santiago Bernabéu hacia dónde van llegando grupos de gente con bufandas de sus equipos aunque aún faltan varias horas para que empiece el partido.

Y llegamos a la zona de Azca con otro de los míticos rascacielos de Madrid, la torre Picasso, que cuando se construyó fue el rascacielos más alto de España.

Me gusta este edificio tan limpio, sin recovecos y con una puerta como una boca abierta que parece que vaya a tragarse a cualquier persona que pase por allí.

Nos sentamos a descansar en los jardines que rodean el edificio y buscamos dónde estaría la Torre Windsor, ese edificio que se quemó totalmente de una manera un tanto misteriosa, y que ha dado pie a diversas películas, canciones y libros, e incluso a una leyenda con fantasma incluido.

Hoy en día en el lugar donde se encontraba este rascacielos hay otro llamado la Torre Titania.

Puerta de Torre Picasso. Al fondo la Torre Titania, en el lugar donde estaba el Windsor antes de su incendio.

Esta zona está rodeada de una supermanzana de oficinas y en la actualidad está siendo rehabilitado todo el complejo ya que hace unos años se deterioró bastante y por la noche era una zona algo insegura.

Edificios de oficinas de Azca

Y seguimos andando y después de pasar  los Nuevos Ministerios, que son unos edificios enormes  que se inauguraron después de la Guerra Civil y que tienen una gran arcada que da a la Castellana vemos, escondido entre dos altas fincas, un pequeño palacete que nos recuerda la casa del abuelo de la película Up, esa casa que un montón de globos de helio se lleva volando.

¡Ah, que no has visto la película! Pues te la recomiendo, entrañable y con mensaje como todas las de Pixar.

Pequeño palacete en plena Castellana.

Y un poco más adelante otra fachada que contrasta con el estilo moderno de los edificios que la rodean. Es la fachada del antiguo diario ABC. ¿A que es curioso?

Y un poco antes de llegar a la Plaza de Colón, nos topamos con este templete casi escondido entre un poblado jardín. ¡Quien diría que esto aún se mantiene en pleno Paseo de la Castellana!

Y llegamos, por fin, a la Plaza de Colón, donde acaba el Paseo de la Castellana y pasa a llamarse Paseo de Recoletos.

En esta plaza está la estatua de Cristóbal Colón, y las Torres de Colón. Estos rascacielos, construidos en los años 70 y que en principio fueron dos edificios separados, en la actualidad están unidos por una escalera de incendios fruto de la reforma realizada en 1990.

Hoy en día pueden clasificarse como edificios protegidos, al ser muy innovadores por la forma en la que se construyeron, de arriba hacia abajo, con una arquitectura suspendida. Pero también es verdad que en algún momento los calificaron como unos de los edificios más feos de Madrid. Ya dice el refrán que sobre gustos no hay nada escrito.

La estatua de Colón y las Torres de Colón
Escultura «Julia»

Al otro lado de la plaza tuvimos la suerte de ver una de las caras gigantes del artista catalán Jaume Plensa que estará aquí hasta Diciembre de este año. Se trata de la obra Julia, una cabeza de niña con los ojos cerrados, que, según el autor, lo que busca con la escultura es que «cada uno exprese su mundo interior oculto».

Este autor que ya ha expuesto sus cabezas gigantes en Nueva York, Liverpool, Venecia  y muchas otras ciudades, es la primera vez que expone en España.

Julia estará en la Plaza de Colón todo este año y luego empezará un recorrido por distintas autonomías españolas.

Bueno, pues llegando a la Plaza de Colon habíamos completado a pie todo el Paseo de la Castellana, de cabo a rabo.

Pero como ya veíamos cerca nuestro objetivo final seguimos paseando por el Paseo de Recoletos, y al final de éste, donde se convierte en el Paseo del Prado, nos encontramos con la Cibeles, rodeada de bonitos edificios: el Banco Central, el Ayuntamiento de Madrid  y el Palacio de Linares del que tanto he oído hablar en Cuarto Milenio, con sus historias de psicofonías y fantasmas. ¡Sí, soy un poco friki, soy superfan de ese programa!

Palacio de Linares en la Plaza de Cibeles. Dicen que en él habitan fantasmas …
Saludar a la Cibeles, otro imprescindible cuando vienes a Madrid
Ayuntamiento de Madrid en Plaza Cibeles

Y llegamos al Museo del Prado, y allí está sentado, esperándonos en la puerta principal, Velázquez, y un poco apartado, en la entrada lateral, Goya.

Puerta principal del Museo del Prado
Puerta lateral del Museo del Prado

Estamos haciéndoles compañía cerca de una hora, que es el rato que estamos en cola para entrar a ver el Museo gratis, porque todos los días, las dos ultimas horas en las que esta abierto el Museo, la entrada es gratuita. Ésto ocurre también en el Museo Reina Doña Sofía o en el Palacio de Oriente, aquí en Madrid, o por ejemplo, en el MOMA de Nueva York, y en ciertos museos de algunas otras ciudades ¡Bueno es saberlo!

¡Para que luego digan que hoy en día no interesa el arte!. Cola para entrar en el Museo del Prado

Y aquí aprovecho para hacer una de mis reivindicaciones. Yo creo que es primordial que conozcamos el arte y la cultura de nuestro país por lo que los museos y otros edificios importantes, que no sean privados, deberían ser gratuitos para la gente del país, ¡vamos, que se pudiera entrar simplemente enseñando el D.N.I!

Comprendo que cuando yo voy a otros países pague para poder mantener sus museos y su cultura, pero creo que en mi país debería ser gratis para los residentes aquí.

¡Hala, pues ya está, ya he dicho lo que pienso! ¿Qué opinas tú?

Una vez dentro del Museo vamos directos a las salas donde están los cuadros que queremos ver, y en ésto somos bastante previsibles: Las Meninas de Velázquez, la Familia de Carlos  IV, Los fusilamientos del 3 de Mayo y las Majas, la vestida y la desnuda, de Goya, junto con su sala de las pinturas negras, las Tres Gracias de Rubens,  la Anunciación de Fra Angélico y nuestras salas favoritas, las de la pintura flamenca, aquí disfrutamos observando El descendimiento de Rogier van der Weyden y sobre todo recreándonos en el tríptico  El Jardín de las Delicias de El Bosco, nuestro preferido.

Al salir aun nos quedan ganas de dar una vuelta  alrededor del Museo consiguiendo otra perspectiva de éste y, por fin, esta vez sí, volvemos en metro hacia el hotel.

El Museo del Prado desde otra perspectiva

Hemos andado unos 17 km. pero hemos pateado una parte de Madrid, que es como se conocen bien las ciudades. La próxima vez nos pondremos de objetivo visitar el Palacio de Oriente o el Reina Doña Sofía o el Museo Sorolla o el Teatro Real… ¡Quien sabe,  Madrid nunca se acaba de ver!

Y con esta figura de un moderno pensador te dejo pensando qué es lo que más te gusta a ti de Madrid. No te cortes y deja tu contestación en los comentarios.

¿Y qué es lo que más te gusta a ti de Madrid?

Y de premio, por haberme leído hasta el final, te voy a hacer una recomendación. En una ciudad como Madrid es muy difícil acertar con un buen sitio para comer o cenar. Yo te recomiendo «La Gran Pulpería». No está por el centro pero es un local amplio, agradable, bien decorado, con una bonita terraza y con buenísimos productos de Galicia. Si vas, tómate a mi salud un pulpo a feira, una tortilla de Betanzos y una copa de Albariño. ¡Ya me dirás qué tal!

 

 

3 comentarios en “PATEANDO LA CASTELLANA

  1. Hola, tengo un viaje pendiente a Madrid, bueno pendiente ya mas de un año, después de leer tu viaje, ojala pudiera ir ya.
    Me ha encantado, besitos

  2. Si tuviese que elegir, diría que me encanta la elegancia del palacio real, la animada Gran Via con por supuesto sus musicales, y el barrio de Malasaña!! Pero descubrir la Castellana en este post ha sido toda una grata sorpresa!

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