ELIGIENDO POR DORMIR EN UN PALACIO: EL MAESTRAZGO

No siempre hay que irse  lejos para descubrir lugares nuevos.

Un fin de semana nos fuimos con unos amigos a descubrir El Maestrazgo, esa comarca entre Castellón y Teruel, dos provincias que también existen aunque quizá  estén poco valoradas turísticamente, pero que tienen pueblecitos como tesoros que hay que descubrir. Y ese era nuestro propósito.

En una excursión que habíamos hecho anteriormente con estos mismos amigos descubriendo pueblos  por la Sierra de Gúdar, que es uno de nuestros lugares favoritos, nos habíamos llevado una verdadera sorpresa al llegar, después de kilómetros por una carretera solitaria, al pueblo de Allepuz y en lo más alto  había un Castillo casi tan grande como el pueblo, totalmente restaurado. Nos quedamos allí a comer y nos comentaron que pertenecía a la red de Hospederías de Aragón.

Hospedería Palacio de Allepuz

Aragón tiene una red de Hospederías que están ubicadas en Monasterios, Palacios o Casas Señoriales y que se han rehabilitado para dar un servicio de calidad en lugares con escasas infraestructuras turísticas  y para potenciar algunos pueblos, verdaderas joyas escondidas en lugares poco turísticos.

Así que decidimos que un fin de semana nos alojaríamos en otra de estas hospederías : El Palacio Matutano-Daurén en La Iglesuela del Cid. Queríamos dormir como príncipes del siglo XVIII con las comodidades del siglo XXI.

En el camino hacia nuestro alojamiento  paramos  en Ares del Maestrat, todavía en la provincia de Castellón. ¡Es curioso comprobar que aquí hablan valenciano con acento maño!

Ares del Maestrat

El pueblo está, literalmente, colgado en la montaña. Y arriba del todo han hecho un mirador con un diseño muy moderno, donde te pasarías horas y horas mirando el paisaje. Acabábamos de empezar el viaje y yo ya no quería irme de allí.

Un poco a rastras me llevaron a comer, allí mismo en la plaza del pueblo. Demasiada comida para unos estómagos como los nuestros pero… ¡estaba todo tan bueno!

Mirador en Ares del Maestrat
Asientos de donde no me quería levantar en Ares del Maestrat

Nuestra siguiente parada fue ya en La Iglesuela del Cid. Después de dejar el equipaje en la habitación  tuvimos la suerte de que  empezaba una visita guiada al pueblo y a algunas de las Casas Señoriales que tiene, porque estos pueblos tienen un patrimonio arquitectónico espectacular: Palacios, conventos etc…

Visita guiada en La Iglesuela del Cid

Si tienes ocasión no te pierdas las visitas guiadas que se hacen. Es una opción que  tienen casi todos los pueblos de esta zona . A mí me encantan. Os puedo asegurar que el precio simbólico que pagas está muy bien aprovechado. Nadie te explica mejor las curiosidades de los lugares que estos guías rurales. Se nota que les gusta enseñarte su pueblo y contarte leyendas, historias y esos chismes  que solo ellos  conocen y que no están escritos en ningún sitio.

La Iglesuela del Cid está declarada Conjunto Histórico -Artístico y nos sorprendió por sus imponentes casas palaciegas, que son conocidas por el nombre de las familias que las construyeron: La Casa Daudén, la Casa Matutano, la Casa Aliaga …incluso tuvieron un castillo templario, una parte del cual ocupa ahora el Ayuntamiento.

Casa palaciega en La Iglesuela del Cid

El Palacio Daudén – Matutano  donde nos hospedamos está en una plaza  con el Ayuntamiento a un lado y la Iglesia al otro. El edificio por fuera es sencillo, no refleja en la sobriedad de la entrada la riqueza  que guarda en su interior.

Hospedería-Palacio Daudén-Matutano

Lo mas majestuoso es la doble escalera monumental con barandilla en celosía tan típica del Maestrazgo en las construcciones señoriales del siglo XVIII.

Escalera de la Hospedería en La Iglesuela del Cid

Y la majestuosidad se ampliaba cuando entrabas al enorme comedor donde nos sirvieron una cena digna de reyes, que, todo hay que decirlo, no pudimos acabar porque aún estábamos llenos de la comida que habíamos tomado al mediodía. A mí, que no soy de mucho comer, me dio la impresión de que la medida de lo que es una ración por estos lares es el doble de lo que pensamos en Valencia.

Comedor de la Hospedería- Palacio

PD. Aquí tengo que hacer un inciso. Nosotros hicimos este viaje en mayo de 2017, pero en agosto de 2018 unos amigos que hicieron este recorrido me comentaron que habían tenido una mala experiencia en este hotel. Lo he comprobado con otras opiniones y es cierto. Parece ser que la empresa que lleva ahora la Hospedería- Palacio está en juicio con el Gobierno de Aragón y tanto la atención como el servicio y el mantenimiento no era como debiera ser. Realmente es una lástima que estos edificios tan bonitos se gestionen mal. La verdad es que una mala experiencia en tu alojamiento te estropea un viaje. ¡Gracias Amparo por la información!

Al día siguiente salimos hacia Cantavieja, nuestra próxima parada, y echamos una última mirada por el pequeño balcón que tenía nuestra  palaciega habitación.

Vistas desde nuestra habitación

Una curiosidad de este viaje fue que  en el mismo Palacio donde nos alojábamos había una concentración de Harleys. Fué chocante  desayunar en un comedor del siglo XVIII junto a  una mesa enorme llena de moteros, ninguno con menos de 40 años, con sus chupas de cuero, sus pañuelos en la cabeza, sus botas y sus coletas. Parecía que estaban  fuera de lugar, pero los que tenemos cierta edad  sabemos que «los viejos moteros nunca mueren».

Concentración de Harleys en La Iglesuela del Cid

El siguiente pueblo que queríamos visitar era Cantavieja, que también está declarada Conjunto Histórico-Artístico y uno de los pueblos más bonitos de España, como otros de los que ya os he hablado como  Albarracín o Valderrobles.

 El lugar donde está situada es impresionante, en lo alto de una montaña y rodeada de barrancos. Por eso tuvo un destacado papel histórico, primero como territorio ocupado por los Templarios y luego  en las Guerras Carlistas del siglo XIX, cuando los carlistas fijaron aquí su Cuartel General. Hasta tiene un Museo de las Guerras Carlistas que guarda la memoria de todo lo acontecido para que podamos comprender qué paso.

Cantavieja está en lo alto de una montaña

 Cuando pienso en  todo lo que ha pasado en estos lugares que ahora parecen tan tranquilos e idílicos siempre me entran ganas de investigar. Hay a quien le gusta ir conociendo y probando los platos típicos de los pueblos por donde pasa, pues a mí  el viajar me provoca curiosidad por conocer estos episodios de la historia, sobretodo los menos conocidos, porque un pueblo o una ciudad son como son por todo lo que ha ido pasando en ellos y creo que no los disfrutas bien si no conoces su historia.

Si eres una persona curiosa indaga en este episodio de la historia de España : Las Guerras Carlistas.

Cantavieja

Habíamos leído que la Plaza principal de Cantavieja, porticada en tres de sus lados, era una de las más bellas de Aragón, y allí nos fuimos con intención de verla. Pero era domingo y estaban en fiestas con lo que había un mercadillo enorme lleno de puestecitos y la plaza estaba toda cerrada con barreras porque allí se hacía el toro embolao. La plaza sería muy bonita pero en estas circunstancias perdía todo su encanto.

Comprendo que los pueblos son para vivirlos y no solo para enseñarlos, y que los que los han de disfrutar son sus habitantes y no los turistas que estamos un rato y nos vamos, pero opino que se podían cuidar un poco más estos sitios que son patrimonio de todos. Porque los toros se pueden hacer en otro lugar del pueblo pero si se deteriora esa plaza perdemos algo muy valioso e imposible de recuperar.

El paisaje que se quedó en mi retina: Mirambel y su Convento de las Madres Agustinas

Bueno, pues como no habíamos ido a ver mercadillos ni toros embolaos compramos algunos productos de la tierra y seguimos camino. Y ésto hizo que pararamos en el siguiente pueblo que encontramos y que fue un auténtico descubrimiento: Mirambel.

Lo primero que te llama la atención es que está totalmente amurallado y para entrar hay que hacerlo por uno de sus cinco portales.

Nada más entrar en el pueblo ya te parece haber retrocedido algunos siglos, como si el tiempo se hubiera detenido : calles empedradas, gatos tomando el sol, casas cuidadas pero con las puertas y las aldabas auténticas.

Mirambel

Y como le habíamos tomado el gusto a eso de las visitas guiadas vimos indicado en el bar del pueblo que a las doce empezaba una y allá que nos fuimos.

Calle de Mirambel

La guía nos explicó, muy orgullosa, que en 1981 les habían concedido la medalla de oro del premio Europa Nostra, la primera que se concedió a España, compitiendo entre 500 proyectos de 25 paises europeos. Se la dieron por las tareas de restauración de todo el conjunto urbano y para entregarla  vino la Reina Sofía  llegando en helicóptero  a este pequeño pueblo perdido de la provincia de Teruel. Todo un acontecimiento.

El pueblo está totalmente pavimentado y todas las casas han sido remodeladas pero conservando sus características propias del pasado que hacen de Mirambel una localidad actual pero como si fuera de la Edad Media.

Una pena que del castillo templario, que fue alrededor del cual nació el pueblo de Mirambel, solo queden sus paredes en ruinas.

También nos contó la guía que durante un mes Mirambel y sus habitantes participaron en el rodaje de la película «Tierra y Libertad» de Ken Loach. De hecho están indicados los lugares donde se rodaron algunas de sus escenas. Verdaderamente Mirambel parece un  plató de cine.

Ruinas del Castillo Templario de Mirambel
Portal de las Monjas

Pero lo más conocido, y seguro que lo más fotografiado de este pueblo, es el Portal de las Monjas que tiene unas celosías de barro cocido con curiosas formas geométricas. Este era el lugar privilegiado de la Madre Superiora del Convento de las Agustinas , al que solo se puede acceder desde su celda, y desde donde se tiene una vista estupenda de la calle Mayor.

Cuando finalizó la visita guiada tuvimos el privilegio de que nos enseñaran a nosotros 4 solos, porque no había más gente para verlo, el interior del Convento de las Madres Agustinas. En este convento desde las fundadoras hasta el resto de monjas que pasaron por aquí eran de familias nobles, sobretodo de Valencia y algunas  de Mirambel y de los pueblos de los alrededores.

El pasillo donde estaban las celdas de las monjas, conservado como antiguamente, daba miedo. Las celdas tan pequeñas, la oscuridad y pensar en el frío que debían pasar en invierno te ponía los pelos de punta. No nos dejaron hacer fotos, únicamente en la parte interior de la celosía, que era el mirador de la celda de la Madre Superiora.

También nos explicaron que  en 1855 hubo una epidemia de cólera y las familias de las monjas se las llevaron de allí  por miedo al contagio, por lo que el Convento corría el peligro de desaparecer. En ese momento las pocas monjas que quedaban decidieron abrir una escuela para niñas. Es realmente curioso que en una época en que la mayoría de las niñas solo recibían enseñanzas de coser y planchar, en un Convento de un pueblecito de las montañas del Maestrazgo se les enseñara gramática, geografía y aritmética, además de, por supuesto, ¡a coser y a planchar!

Convento de las Monjas Agustinas en Mirambel

 

Con tanta visita se nos había hecho la hora de comer y entramos en  «Casa Masas», que está en la calle Mayor y tienen venta y degustación de productos artesanales de proximidad. Tomamos un plato de buen jamón y unas cervezas artesanales del Pobo, otro pueblo de la zona, junto con otros platos típicos de aquí. Todo delicioso.

Nos gustó tanto este pueblo que cuando Marta del blog «Tu guía en Escocia», preguntó a varios blogueros de viajes, entre ellos yo,  cuál es ese lugar por el que deberías salirte de tu ruta, yo le dije que Mirambel.

Aquí teneis el enlace a «Salte de la ruta» por si queréis conocer otros lugares por el mundo por los que valga la pena salirse de la ruta, recomendados por otros blogueros de viajes.

Pueblos-joya, auténticos descubrimientos, lugares que han tenido su esplendor en épocas pasadas. Pueblos que acumulan muchas historias pero que las callan y has de ir y rebuscar un poco para que te enseñen todo lo que esconden.

Viaja al Maestrazgo y, si escuchas bien, oirás retazos de nuestra historia.

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